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Debate Biden-Trump: la actuación del presidente fue una bomba para los demócratas, quienes algunos ya dudan si podrá ser candidato

La principal misión del presidente Joe Biden durante el debate del jueves a la noche contra Donald Trump era defender su gestión, pero sobre todo despejar las dudas sobre su edad y su agudeza mental para estar cuatro años más al frente de la primera potencia mundial, una preocupación de buena parte de los estadounidenses. Claramente fracasó.

El jefe de la Casa Blanca, que tendría 82 años al asumir un potencial segundo mandato, no solo fue superado por su rival en el primer cara a cara de la carrera presidencial, sino que profundizó aún más la preocupación por su lucidez, al punto de que muchos de sus partidarios ya dudan si podrá ser efectivamente el candidato demócrata para las elecciones del 5 de noviembre.

Biden perdió su primer duelo. Una encuesta rápida de CNN reveló que para un 67% de los votantes Trump había ganado el debate, mientras que sólo un 33% se inclinó por el presidente. El desempeño del demócrata fue mucho peor de lo que la gente esperaba de él. Antes del debate, un 45% decía que Biden ganaría, mientras que un 55% se inclinaba por Trump.

Cómo estuvo Biden

Se sabe que en los debates casi siempre importa más la imagen que el contenido. Y desde el minuto cero, Biden se presentó con una voz ronca, con un tono bajo y débil, con un carraspeo que parecía incontenible. Pero lo que lo perjudicó aún más fue la incoherencia en algunas de sus respuestas, que no se entendían y que fueron más allá del tartamudeo conocido que arrastra desde su niñez. El presidente estuvo muy lejos, por ejemplo, del discurso energético que ofreció ante el Congreso en el mensaje del Estado de la Unión en marzo. Sin teleprompter, se desatan todos los fantasmas.

Trump utilizó sus reflejos cuando su adversario tropezó y luchó por pronunciar sus palabras. “Realmente no sé lo que dijo al final de esa oración”, dijo el ex presidente después de que Biden respondiera de forma incoherente una pregunta sobre la seguridad fronteriza a menos de 10 minutos de su debate. “Tampoco creo que él lo supiera”, pinchó mordaz.

Lo más preocupante es que Biden fue en teoría muy preparado para la cita en Atlanta. Estuvo casi una semana en Camp David entrenando con un equipo y con su abogado personal que hizo de Trump. Después del debate, algunos de sus laderos dijeron que el presidente tenía una gripe que afectó su desempeño. Sin embargo, otros fueron menos contemplativos. “No fue un buen debate para Biden”, admitió Kate Bedingfield, ex asesora de comunicación demócrata.

El desempeño del presidente cayó como una bomba entre los demócratas y algunos legisladores y asesores oficialistas se preguntaban por lo bajo si Biden no debía ser reemplazado por otro candidato. “Biden está a punto de enfrentar crecientes llamados para que se haga a un lado”, dijo un veterano estratega demócrata que había respaldado a Biden públicamente. “Joe tenía un profundo pozo de afecto entre los demócratas. Se ha secado”, sentenció. “Los partidos existen para ganar”, continuó el estratega.

“Tenemos tiempo de poner a alguien más?

El temor se extendió a los donantes. Mark Buell, un prominente aportante de Biden y del Partido Demócrata, dijo que el presidente tenía que considerar seriamente si él es la mejor persona para ser el nominado. “¿Tenemos tiempo para poner a alguien más allí?”, preguntó Buell.

La vicepresidenta Kamala Harris fue una de las pocas que salió a poner la cara y respaldar a Biden. Reconoció que “hubo un arranque lento”, pero agregó que “el final fue sólido” y que lo que importaba eran los 3 años y medio de gestión y las propuestas superiores a las de Trump. Es cierto que el presidente mejoró con el correr de los minutos, pero no alcanzó para despejar las preocupaciones.

Cómo estuvo Trump

El ex presidente tenía la misión de embestir la gestión de Biden, pero al mismo tiempo no sonar demasiado agresivo ni perder el control, porque parte del electorado, sobre todo el moderado, también duda del temperamento provocador e intempestivo del magnate para dirigir la Casa Blanca. En ese sentido aprobó el desafío.

El mensaje de Trump, como suele suceder, fue varias veces incorrecto o exagerado en cuanto a los hechos, pero se comunicó de manera clara y fue enfático en temas que preocupan a los estadounidenses, como la economía y la inmigración. Su actuación fue disciplinada, ágil y se lo vio contenido. Evitó el tipo de interrupciones y la beligerancia que minaron su primer debate en 2020 y volvió a centrar la discusión en ataques al historial de Biden siempre que fue posible.

Biden no pudo arrinconarlo ante sus mentiras. Cuando el tema se centró en el aborto, por ejemplo, el ex presidente desvió repetidamente la atención a lo que dijo que era extremismo demócrata. Afirmó, incorrectamente, que los demócratas apoyan los abortos después de que nacen los bebés. Biden no reaccionó ante un tema que es un caballo de batalla de su campaña y una debilidad de Trump.

En uno de los cruces más picantes de la noche, Biden dijo que Trump era un criminal convicto por una relación romántica con la estrella de cine para adultos Stormy Daniels y dijo que el expresidente tenía “la moral de un gato callejero”. “No tuve sexo con una estrella porno”, respondió Trump.

Trump pareció estar a la defensiva al hablar de su respuesta al ataque del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos. Inicialmente trató de convertir una pregunta sobre su responsabilidad en los disturbios del Capitolio en una condena del historial de Biden, pero esta vez el presidente lo cruzó. “Animó a esas personas a subir al Capitolio. Se sentó allí durante tres horas mientras sus ayudantes le rogaban que hiciera algo”, dijo Biden. “No hizo nada”.

El expresidente también esquivó reiteradamente la respuesta cuando le preguntaron si aceptaría el resultado de las elecciones de 2024. Al final dijo que lo haría si eran “legales y justas”.

Qué puede pasar ahora

El del jueves fue el debate más temprano en la historia de las campañas, casi cuatro meses antes de las elecciones, porque así lo quisieron también los demócratas, quizás para apuntar los cañones conta Trump desde antes y presentarlo como un peligro para la democracia. Pero hoy nadie habla de eso. Ahora Biden deberá no solo luchar contra las debilidades del republicano sino también para levantar su propia imagen, que ya venía dañada con una baja popularidad para un presidente a esta altura de su mandato.

También hay que reconocer que el hecho de que el paso en falso de Biden haya sido temprano le da mas tiempo para recuperarse. Los demócratas tienen su convención partidaria en agosto, en Chicago, y allí el presidente podrá tener un desempeño más previsible y enérgico, aferrado a un estricto guión de campaña. Y habrá otro debate en septiembre, más cerca de las elecciones del 5 de noviembre.

¿Es factible cambiar de candidato?

Es posible, pero se necesitaría una revuelta abierta para que los demócratas abandonen a Biden, quien ganó cómodamente suficientes delegados en las primarias para asegurar la nominación del partido. Al menos hasta ahora, ningún funcionario demócrata prominente ha roto filas públicamente, incluso cuando algunos han hecho sonar las alarmas en conversaciones anónimas con periodistas. Biden, en cambio, podría renunciar si las presiones arrecian. Pero no parece un hombre que tire la toalla rápidamente.

“El presidente Biden va a ser el candidato demócrata y el presidente Biden va a ganar estas elecciones”, dijo Quentin Fulks, vicedirector de la campaña demócrata.

En política todo es posible, Biden es un candidato con enorme experiencia y para noviembre aún falta mucho. Pero el panorama aparece claramente más complicado tras el debate. Biden y Trump van empatados en las encuestas y pelean voto a voto en los estados clave, donde los indecisos definen la elección. Muchos están frustrados por tener que elegir hoy entre los mismos candidatos otra vez.

En este escenario, un beneficiado puede resultar ser Robert Kennedy Jr, el independiente que hoy tiene un 7% en las encuestas. Es posible que muchos electores que desprecian a Trump y tienen dudas sobre Biden se inclinen en un voto de protesta por alguien que no pertenezca a un partido tradicional, aunque sea el sobrino del ex presidente asesinado.

Fuente: Clarín

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